Clinique
Cuando pensamos en Clinique, lo que nos viene a la cabeza es “100 % sin perfumes” o “Dermatológicamente testado”, pero ¿realmente sabemos cuáles son sus orígenes?
El origen de clinique surgió en la década de los 60 entre la clase alta femenina de Manhattan. La escritora de Vogue, Carol Phillips se interesó por los resultados de esta innovadora forma de mantener la piel radiante y luminosa, puesto que todas ellas habían mejorado su rostro. A Carol le picó la curiosidad y decidió pedir cita en la consulta de aquel genio dermatólogo que conocía el secreto para mejorar todo tipo de pieles. De esta forma se dio a conocer al dermatólogo más importante y que creó más impacto en el sector de la cosméstica de la época: Dr. Norman Orentreich.
El Dr. Orentreich fue el propulsor del tratamiento 3 pasos de clinique, que consistía en una limpieza correcta con un jabón indicado para el rostro a tratar, una exfoliación adecuada para cada tipo de piel y una posterior hidratación de la cara de la usuaria. Todo ello, junto a una perseverancia diaria, permitía lucir un rostro totalmente regenerado y mejorado a la persona en cuestión.
Gracias a este gran descubrimiento por las pacientes del Dr. Orentreich, se produjo una revolución en los tratamientos faciales de la época. Todo consistía en una correcta higiene diaria y la aplicación de una crema hidratante para cada tipo de piel.
Hoy en día, clinique se mantiene fiel a sus inicios y por ello todos sus seguidores, tanto mujeres como hombres, siguen utilizando sus productos. De esta forma se ha consolidado como uno de los números 1 en el mercado internacional de la cosmética y por ello sigue avanzando en sus investigaciones para ampliar sus productos y así poder abarcar un mayor rango de edad de su público.
Cuando pensamos en Clinique, lo que nos viene a la cabeza es “100 % sin perfumes” o “Dermatológicamente testado”, pero ¿realmente sabemos cuáles son sus orígenes?
El origen de clinique surgió en la década de los 60 entre la clase alta femenina de Manhattan. La escritora de Vogue, Carol Phillips se interesó por los resultados de esta innovadora forma de mantener la piel radiante y luminosa, puesto que todas ellas habían mejorado su rostro. A Carol le picó la curiosidad y decidió pedir cita en la consulta de aquel genio dermatólogo que conocía el secreto para mejorar todo tipo de pieles. De esta forma se dio a conocer al dermatólogo más importante y que creó más impacto en el sector de la cosméstica de la época: Dr. Norman Orentreich.
El Dr. Orentreich fue el propulsor del tratamiento 3 pasos de clinique, que consistía en una limpieza correcta con un jabón indicado para el rostro a tratar, una exfoliación adecuada para cada tipo de piel y una posterior hidratación de la cara de la usuaria. Todo ello, junto a una perseverancia diaria, permitía lucir un rostro totalmente regenerado y mejorado a la persona en cuestión.
Gracias a este gran descubrimiento por las pacientes del Dr. Orentreich, se produjo una revolución en los tratamientos faciales de la época. Todo consistía en una correcta higiene diaria y la aplicación de una crema hidratante para cada tipo de piel.
Hoy en día, clinique se mantiene fiel a sus inicios y por ello todos sus seguidores, tanto mujeres como hombres, siguen utilizando sus productos. De esta forma se ha consolidado como uno de los números 1 en el mercado internacional de la cosmética y por ello sigue avanzando en sus investigaciones para ampliar sus productos y así poder abarcar un mayor rango de edad de su público.